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España,plurinacional (L)

                España,plurinacional
                                               L.- Euzkadi y Catalunya pierden su semiindependencia (3)
               
                Expulsadas de Vizcaya,las tropas izquierdistas y peneuvistas tuvieron un respiro mientras sus enemigos se reorganizaban,y en el frente central el gobierno de Valencia lanzó una nueva y potente ofensiva sobre Brunete,que daría lugar a una de las batallas más duras y cruentas de la guerra.La ofensiva sustituía a la auspiciada meses antes por Largo Caballero sobre Extremadura,que había sido saboteada por los comunistas.Comenzó el 6 de julio y duraría hasta el 24,causando muchos más muertos que cualquiera de las batallas del norte.Se trataba de destruir buena parte del ejército nacional en torno a Madrid,y de paso desahogar el frente norte,permitiendo la reorganización de las fuerzas derrotadas en Vizcaya y posibles contraataques sobre Bilbao.
                La ofensiva de Brunete no logró vencer a los franquistas en el centro,pero sí paralizar la lucha en el norte.Gámir aprovechó la ocasión,y a finales de julio,con un ejército reorganizado de 100.000 hombres,30.000 de ellos vascos izquierdistas y nacionalistas,se sintió con fuerzas para emprender fuertes ataques contra Oviedo y Vizcaya.
                Para entonces el padre Onaindía y otro sacerdote,emisarios del PNV,habían visitado en Roma al ministro de Exteriores italiano,Ciano,que los recibió amigablemente.Les propuso una capitulación rápida,mientrs que los peneuvistas insistían en que todo fuera más disimulado,para lo que pedían tiempo suficiente.Esta disconformidad provocó pues enredos y dilaciones,y la creciente irritación de los italianos y de Franco.
                Para que sus aliados no percibieran la maniobra,el PNV había exigido desplegar sus tropas frente a Vizcaya,como si se dispusieran a recobrarla,proponiendo a sus enemigos que lanzasen la ofensiva principal desde Reinosa,en dirección sur-norte,y a espaldas del ejército vasco,que así quedaría copado sin culpa suya,y se vería obligado a rendirse.Rendidos los italianos garantizarían su evacuación al extranjero por mar.Por lo que Aguirre comentó a Azaña:si los rebeldes consiguen dar un corte,por ejemplo hacia Reinosa,se producirá un desastre incalculable.Lo que sus emisarios habían negociado con el ministro Ciano.
                Para esa intriga constituía un serio contratiempo la contraofensiva de Gámir por el sector peneuvista.Y el PNV la criticó por extemporánea,pronunciándose por una buena defensa,y denunciando las intromisiones y proselitismo comunistas.
                No pudiendo impedir la contraofensiva,los sabinianos la sabotearon,aunque los izquierdistas llegaron a montar ametralladoras a espaldas de los peneuvistas,para obligarles a luchar;con lo que los días 28 y 29 de julio se produjo un sangriento combate en la Ermita.El parte nacional señaló:el enemigo ha efectuado un ataque con grandes masas,haciéndosele una verdadera carnicería,y abandonando más de 1.500 muertos en las laderas y llevándose recogidos 504 cadáveres en las propias alambradas.Los prisioneros aseguran que los lanzan al ataque amenazándolos con ametralladoras.Pero Aguerre todavía aprovecharía el suceso para quejarse a Valencia:una vez más sólo fuerza de infantería vasca ha sabido responder abandonada totalmente por la aviación,dándose el triste caso de que vierta sangre en la mayor esterilidad y desamparo.
                En esas semanas no acabó Aguirre de cumplir los acuerdos de rendición,esperando tal vez la acción enemiga por Reinosa.El 18 de julio,primer aniversario del comienzo de la guerra,había volado a Valencia,como explica en sus memorias De Guernika a Nueva York:el objetivo de mi visita era... proponer el embarque inmediato de las divisiones vascas trasladándolas al frente de Catalunya.Las divisiones vascas en Catalunya hubieran servido de encuadramiento a muchos patriotas catalanes y constituido un elemento que hubiera devuelto al territorio republicano la fisonomía que era necesaria para presentarse ante Europa.Azaña le indicó la imposibilidad del plan:¿Por dónde van a venir?.Por mar es imposible,y por Francia no lo consentirían.A lo que Aguirre añadió:El cuerpo de ejército vasco,ya reorganizado,se batiría muy bien poniéndolo sobre Huesca.Se enerdecería en cuanto le dijéramos que íbamos a conquistar Navarra.
                No escapó a Azaña la doblez de Aguirre,aunque sí la amplitud de su engaño.El rechazo a su idea le dejaba libre para hacer lo que mejor contribuyera a salvar el mayor número de hombres posibles,y esta salvación tomaría forma en el Pacto de Santoña.
                El 2 de agosto Aguirre ordenó el flete de diez a catorce barcos con vistas a la evacuación de sus tropas de Santander.Y el 14 los franquistas avanzaron hacia esa ciudad desde el sur,tomando enseguida Reinosa y el puerto del Escudo,a espaldas de las tropas de Vizcaya,desplegadas inactivamente hacia el este.Ajuriaguerra entendió que se cumplía el plan acordado en Roma,dejando completamente copado a su ejército,y el 18 acordó con emisarios fascistas,en San Juan de Luz,la evacuación por mar entre los días 21 y 24.
                Naturalmente Gámir ordenó a los peneuvistas replegarse hacia Asturias para eludir el cerco,medida que los interesados saborearon eficazmente.Pero los malentendidos y la confusión retardaron la rendición,para enfado de los italianos,y los barcos encargados semanas antes por el lehendakari no llegaban.Desesperados,los batallones peneuvistas y algunos izquierdistas se concentraron en Santoña y Laredo,y el 23 se declararon en rebeldía.Ese día llegó a Laredo Ajuriaguerra para facilitar la huida de Aguirre y asumir la rendición.Gámir ofreció a Aguirre un submarino para ir a Asturias,pero Aguirre prefirió volar a Francia.Ajuriaguerra marchó a Santoña,y como el plazo dado por los italianos para la evacuación expiraba,pidió dos días más.
                Los italianos,ansiosos de una victoria que borrase su derrota en Guadalajara,condescendían con los peneuvistas.Pero los navarros se impacientaban,y el 25 Franco prohibió a los italianos hacer más concesiones.En medio del desorden ese día los rebeldes de Santoña se adueñaron de los barcos pesqueros y otros surtos en el pequeño puerto,sin hacerse a la mar todavía.Los italianos,contra el aviso de Franco,siguieron prometiendo la evacuación.Al día siguiente arribó un mercante inglés,y el 27 comenzó el embarque.Entonces llegaron unos oficiales españoles y ordenaron desembarcar a todos,lo que se hizo sin alteraciones.
                Unos 22.000 miembros del antiguo Ejército de Euzkadi fueron apresados pacíficamente.Tres meses después la mitad estaba en libertad,5.600 en batallones de trabajo,y otros tantos en espera de juicio.Se dictaron 510 penas de muerte,cumpliéndose 57.Posteriormente habría 145 ejecuciones más.
                La maquinación entre jefes peneuvistas e italianos había resultado a medias.En parte había engañado al Frente Popular,en cuyo gobierno continuaría Irujo;pero en parte había fracasado por los incumplimientos e ineficacia de la dirección peneuvista,que habían terminado por hartar a los italianos,y sobre todo a Franco.Los sabinianos tienen una abundante literatura sobre la traición de los italianos,que a su juicio debían haber desobedecido a Franco.El padre Onaindía,sabiniano,concluye:considero que aquella conducta de los patriotas vascos fue noble,arriesgada y digna de que el pueblo la conozca.Habrá sus críticas.Es natural,pero el hecho pasará a la historia como algo que honra a sus principales ejecutores.Nunca temí la acusación que alguno podría hacer de calificar como traición al llamado Pacto de Santoña.Cuando se ha luchado con heroísmo hasta que se han agotado las municiones,nadie puede en justicia acusar de traición al combatiente que se rinde con la cabeza alta,el honor intacto y el corazón destrozado.Pero ni se habían acabado las municiones,ni podía hablarse de heroísmo ni de honor.
                Lo dicho no impide a Onaindía expresar su sorpresa ante las pretensiones de Aguirre,siempre flexible,de no haber tenido nada que ver en la fechoría.El balance de aquellos meses en los que el PNV tanto se había acercado a sus objetivos no era brillante.Había apostado por los revolucionarios creyendo que iba a ganar y que,al mismo tiempo,no podrían impedir su secesión.Luego los había traicionado sin ganarse el aprecio de los vencedores.Había creado una burocracia desmedida,una cadena de fortificaciones más espectacular que efectiva,y un ejército de comportamiento irregular:bueno unas veces,malo otras.Perturbó la lucha contra el enemigo común,y no logró mantener la producción industrial,que no cesó de caer en esos meses.Otro dato indicativo fue el considerable aumento de muertes por enfermedad,un 38 % sobre el nivel de 1935 (20 % en Asturias y 56 % en Santander).La salubridad se recuperó rápidamente tras la caída de Vizcaya,mejorando incluso los registros de preguerra.
                La parte más positiva de su gestión fue el mantenimiento del orden y la eliminación de la persecución religiosa.Pero no es del todo cierto,porque hubo bastantes sacerdotes asesinados,y los hombres que gobernaron Vizcaya tienen sobre sí análoga responsabilidad que los que lo hicieron en las restantes provincias;y las muertes irregulares no fueron allí menores que en otras partes.En conjunto quedaron por debajo de la media alcanzada en la zona gubernamental,pero por encima de las de Santander y Asturias.En Vizcaya se produjeron más muertes que en Álava,Guipúzcoa y Navarra (R. Salas Larrazábal,que calcula en torno a 1.450 muertes,muchas de ellas de prisioneros en las cárceles,o en barcos-prisión).Cierto que el PNV procuró no mezclarse directamente en los crímenes,pero,como autoridad hegemónica en Vizcaya,comparte la responsabilidad de ellos,y los permitió con más facilidad de lo demandado por los franquistas.Éstos ejercieron luego una represión muy dura,pero menor que en otras provincias,y más contra las izquierdas que contra los peneuvistas,estimando a su favor,probablemente,actos como la entrega intacta de Bilbao.

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