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España,plurinacional (XXXIV)

                España,plurinacional
                                               XXXIV.- Esperpento e intriga (3)
 
                Estas medidas preludiaban la disolución de las Cortes,pues Gil Robles entendió que,aparte de destruir sus proyectos,rompían el espíritu constitucional;y que,en el apogeo de las pasiones políticas,llevaban a España a la catástrofe.Desesperado,incitó a algunos generales a ocupar transitoriamente el poder.Pero una vez más los militares se inhibieron,por influencia de Franco.
                En pocos meses,y mediante oscuras intrigas,Don Niceto había logrado lo que no habían podido las izquierdas mediante las armas:aniquilar a Lerroux y expulsar del poder al partido con mayor representación parlamentaria.Y es que el presidente creía la hora de centrar la República mediante un poderoso partido moderado,tutelado por él.Su ambición desde que,en abril de 1930,había abandonado la monarquía para encabezar el movimiento republicano.Ahora,a finales de 1935,creía que ese partido lograría más escaños que ninguno,y arbitraría la política.Sólo precisaba unos meses para que Portela,presuntamente experto en estas lides,pusiera a punto ese partido.En una angustiosísima discusión Gil Robles intentó disuadirle,advirtiéndole que estaba creando una crisis innecesaria y peligrosísima,en el peor momento posible,que sólo podía abrir el camino a la revolución o a la guerra civil.Pero fue en balde.
                Por su lado el gobierno Portela precisaba,además de la confianza del presidente,la de las Cortes,con la que no iba a contar.Para eludir el obstáculo las sesiones parlamentarias fueron suspendidas,acto dudosamente legítimo,y prorrogados los presupuestos del año anterior,lo que encajaba menos en la ley.Las derechas iniciaron desde el Congreso un proceso contra Portela y Alcalá-Zamora.Para eludirlo éste disolvió por fin las Cortes a principios de 1936,y convocó elecciones para el 16 de febrero.
                Para las derechas la convocatoria resultaba especialmente inoportuna,pues el bienio de centro derecha,bautizado negro por sus enemigos,había resultado en muchos aspectos más esperanzador que el primero.Se había contenido el hambre,había repuntado la iniciativa privada,no se habían producido matanzas como las de San Sebastián,Caltisblanco,Arnedo o Casas Viejas,y la Hacienda comenzaba a sanearse.Pero brutalmente hostigadas por la desestabilización del verano de 1934,y la revuelta de octubre,más las continuas crisis de gobierno y las consiguientes divisiones internas,las derechas no habían podido realizar sus reformas constitucionales ni sus medidas económicas;y las reformas de Hacienda,aunque destinadas a facilitar la recuperación del país,aumentaban el paro,trayendo impopularidad al gobierno.Además de las conocidas campañas izquierdistas por los numerosos juicios pendientes por la insurrección.
                El odio crispaba pues a España entera,y liquidado el elemento moderador del Partido Radical de Lerroux,izquierdas y derechas se aprestaban a enfrentarse en dos grandes bloques,convencido cada uno de que perder significaría una ruina muy superior a la simple espera de unos años de oposición.
                Pero si las izquierdas consiguieron formar la liga conocida por Frente Popular,compuesta por los bolcheviques de Largo Caballero y los comunistas al lado de los republicanos y socialistas de Prieto,con el apoyo externo de la CNT,las derechas debieron contentarse con pactos parciales entre ellas.Las relaciones entre la CEDA y los monárquicos (agrupados en un Bloque Nacional),y la Falange distaban mucho de la cordialidad,y la Falange hubo de concurrir a las elecciones en solitario.Lo que las perjudicaba,pues la Ley electoral favorecía las coaliciones al conceder una prima desmesurada a los ganadores,por mínima que fuese su ventaja en votos.
                Y especial interés tuvo la actitud del PNV.Las elecciones iban a celebrarse bajo la impresión de un gravísimo peligro de guerra civil,y parecía razonable que,ante tal apremio,los ultracatólicos y conservadores peneuvistas aplazasen,de momento,otras cuestiones,tal como en 1931 habían propiciado la alianza con los carlistas en defensa de la religión.La Iglesia presionó a favor de una candidatura derechista unida,y el propio Vaticano exhortó en tal sentido a los sabinianos.Pero éstos rechazaron las ofertas y los consejos,y multiplicaron sus ataques a las derechas españolas,en sintonía con la campaña izquierdista y buscando también rebañar votos a la izquierda moderada vasca.
                Ya en noviembre había descartado Aguirre la alianza con quienes hablan de luchar juntos contra la revolución,pues revolución era para ellos no disfrutar de la vida,ni leer tranquilamente el periódico tomando chocolate.Y ¿no fue revolución lo que hicieron estando en el Poder,yendo íntimamente ligados al socialismo?.Estas frases formaron parte de la polémica con Calvo Sotelo,que había dicho preferir una España roja a rota.El PNV había sacado el máximo partido de la frase para caracterizar a toda la derecha española,como culpable de la revolución por haber apoyado al PSOE durante la dictadura de Primo de Rivera,olvidando que fue el único período en que el PSOE abandonó su idea revolucionaria.Pero Irujo volvió a ser verbalmente incendiario:yo no puedo apoyar a quienes prefieren la revolución,que quemen las iglesias,que arranquen la fe de los corazones de nuestros hijos,que hagan de las fábricas ludibrio y campo de acción de toda clase de pasiones desatadas.Que acabe con nuestra economía,con la riqueza heredada,con nuestra tranquilidad;todo ello antes de que nosotros,al amparo del dedo de Dios,con respeto para todas las ideas,para todas las razas y para todos los pueblos pidamos lo que es nuestro.
                La campaña aranista contra las derechas fue tan dura como contra las izquierdas:quieren triunfar las derechas.¿Para qué?.Se ve ya en sus manos el látigo,se ve ya en sus corazones el odio.Quieren triunfar por el otro lado las izquierdas;ya se ve,ya se anuncian los fulgores siniestros de la represión y de la represalia.Una caricatura pintaba a España como el corazón del África salvaje,donde se enfrentaban unos negros semidesnudos con máscaras de izquierda y derecha:en Euzkadi queremos suspender esa lucha bárbara,cruel,salvaje,impropia de pueblos civilizados.Tendremos que hacer siempre lo contrario de lo que hacen en España.
                Al mismo tiempo el PNV clamaba por la civilización cristiana,la libertad patria y la justicia social.Las derechas eran así presentadas de acuerdo con la visión izquierdista.y acusadas de proyectar nuestro total exterminio.Se invoca la antirrevolución para combatir exclusivamente al nacionalismo,única fuerza auténticamente contrarrevolucionaria.Votar por tales derechas es hacerlo a favor de la candidatura comunista.
                Y todo porque recordaban al Maestro:tanto nosotros podemos esperar más cerca nuestro triunfo,cuando España se encuentre más postrada y arruinada.Si a esta nación latina la viésemos despedazada por una conflagración interna,nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo.Sólo así tiene lógica su actitud en el verano de 1934,y ante las elecciones de 1936.Polemizando con Calvo Sotelo,Irujo había dicho que bendeciría la mano que le concediera el Estatuto,y esa mano sería probablemente la izquierda,mucho más indiferente al proyecto de secesión nunca disimulado por los sabinianos,y menos sensible a su corrosivo antiespañolismo.Y el Estatuto fundaría una alianza de hecho en 1936 con las izquierdas,creyendo los nacionalistas que,una vez obtenido,les pemitiría aislarse lo suficiente del resto de España y sus conflictos.
 

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