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Hechos religiosos (XIV)

Hechos religiosos (XIV)

Menos extendida estuvo la lucha de verano e invierno,largo diálogo versificado,o lucha simulada.En Suecia,en la fiesta de mayo,combatían los dos grupos de jinetes,con triunfo del verano.En el Rhin era lucha entre dos jóvenes,con triunfo también del verano,solicitándose regalos.La lucha entre verano e invierno tuvo lugar también entre esquimales y los yaku,y por supuesto hubo luchas ceremoniales en numerosas religiones arcaicas,por ejemplo en las antiguas capas del culto agrario osiriano,en las religiones protohistóricas escandinavas.El 29 de junio se celebra en Rusia el entierro de Kostroma,figuras míticas que simbolizan la vida y muerte rítmica de la vegetación.También se celebra en Rusia la muerte y resurrección de Kostrubonko,divinidad popular de la primavera.
Los eslavos surdanubianos queman un árbol o una rama (badnjak) en navidad,año nuevo y la epifanía.El badnjak arde durante varios días en cada casa y se dispersan sus cenizas por los campos para fertilizarlos.Entre los búlgaros se honra incluso el badnjak con incienso,mirra y aceite de olivo.
En el Tirol el primer jueves de cuaresma se trae un leño en procesión.En Suiza es la víspera de navidad,año nuevo y carnaval.
La progresiva desaparición de estas costumbres demuestra progresivo olvido religioso,pues es obvio que nunca un árbol o planta fue sagrado por sí,sino porque encarnaba y revelaba lo sagrado (hierofanía).
Capítulo IX.- La agricultura y los cultos de la fertilidad

La agricultura de estos tiempos primitivos revela de manera más dramática el misterio de la regeneración vegetal,porque la vegetación es una hierofanía,y por tanto la práctica agrícola un ritual.
Para estos seres humanos el ritmo de las estaciones,las fuerzas activas de las semillas e incluso la fertilidad de la tierra son manifestaciones de la gran madre-tierra,con la mujer de sacerdotisa.Por eso en Prusia oriental hace todavía poco sembraba chicharros una mujer desnuda,y entre los fineses las mujeres llevaban las semillas a los campos en la camisa menstrual,en el zapato de una prostituta o en la media de un bastardo.Las remolachas sembradas por mujer son dulces,las sembradas por hombre amargas.Entre los estonianos unas muchachas llevan la semilla del lino hasta los campos.Los suecos sólo permitían sembrar lino por mujeres,siendo casadas o embarazadas las que sembraban granos.La solidaridad mística entre la fertilidad de la tierra y la de la mujer era una especie de conciencia agrícola,cargada incluso de magia erótica.Por eso las campesinas finesas regaban el surco antes de la siembre con leche de sus pechos,siendo costumbre en Finlandia y Estonia sembrar en desnudez completa,fueran hombres o mujeres.Se regaba el arado con agua para la primera labor del año,e incluso se aspergaban los campos,pues un texto indio precisa que la lluvia desempeña el mismo papel que el flujo seminal en las relaciones entre hombre y mujer.Por eso si se identificaba a la mujer con la gleba se identificaba al hombre con los granos que la fecundan.
Se practicaba pues la agricultura en estado de pureza ritual,con labradores lavados,bañados y vestidos con camisa nueva.Se realizaban gestos rituales,con sacrificios durante la siembra,aunque consistieran sólo en lanzar fuera del surco los primeros granos,y abandono de las primeras espigas para que las comieran los pájaros.En Finlandia y Alemania incluso con sacrificios de animales.
Se veneraba ante todo el poder germinativo de las semillas,y por eso no se segaban las últimas espigas,que se dejaban para los que viven bajo tierra,o en Finlandia,Estonia y Suecia para los caballos de Othin.
Tampoco se recogían del todo las frutas de un árbol,se dejaba algo de lana en la espalda de las ovejas,no se vaciaba del todo el arcón donde se guardaba el trigo y se vertía algo del agua que se sacaba de un pozo.
Como hemos dicho la última gavilla concentraba la fuerza sagrada,unas veces propicia y otras nociva.Los alemanes hacían una gavilla con las primeras y últimas espigas y la ponían sobre la mesa,porque daba suerte.Fineses y estonianos la llevaban solemnemente a la granja,porque bendecía las casas y protegía de enfermedades y rayos,al mismo tiempo que conservaba la cosecha de ratas.Estaba también muy extendida la costumbre de guardar la primera gavilla en el cuarto principal de la granja durante las comidas y una noche entera,y en ciertos lugares se daba al ganado para protegerlo y bendecirlo.
En Estonia la primera gavilla tenía también poderes proféticos:arrojando sus espigas según cierto ceremonial las muchachas se enteraban de cuál era la primera en casarse.En Escocia se casaba en el año quien segaba la última gavilla,y en muchos países el último puñado de trigo segado era llamado la novia.Por la primera gavilla se averiguaba el precio que tendría el trigo durante el año,y en Finlandia y Estonia la mujer que ataba la última gavilla quedaba encinta.También era costumbre hacer con las últimas espigas una gran gavilla,que se conservaba para mezclar sus granos con los de la siembra.
Por lo general se venera pues la fuerza creadora de la naturaleza,con unos u otros nombres:madre del trigo,gran madre,madre de la espiga,madre de la cosecha,etc.Los peruanos creían que las plantas útiles están animadas por una fuerza divina que aseguraba su crecimiento y fertilidad,y madre del maíz (zara-mama) quería decir que produciría mucho maíz.Esta efigie se conservaba hasta la cosecha siguiente,pero a mitad del año los hechiceros le preguntaban si tenía fuerzas para durar;y si respondía que estaba debilitada se la quemaba y se hacía una nueva.
Los indonesios conocían un espíritu del arroz que hacía crecer y fructificar esta planta,y se comportaban ante el arroz en flor como ante una mujer embarazada.Si la cosecha se marchitaba los karen de Birmania creían que se había marchado su alma,y los minangkabauer de Sumatra pensaban que el arroz está protegido por un espíritu femenino llamado Saning Sari o indoea pali,madre del arroz,representado por ciertos tallos que se cultivaban con cuidado especial,en el centro del campo.Una madre del arroz (inemo pae) era conocida también por los tomoris de las islas Célibes.En Malasia se celebraban durante tres días ceremonias relacionadas con la madre del arroz niño,que prueban que se asimilaba a la esposa del granjero con una recién parida,madre de ese arroz niño.En Java,Bali y Sombok se practicaba el noviazgo y bodas de dos puñados de arroz escogidos antes de la cosecha,y esta pareja nupcial era llevada a casa para que el arroz pudiera multiplicarse.Aún se derrama arroz sobre los que se casan,para que tengan descendencia.
También era corriente hacer con las últimas espigas que se segaban una efigie parecida a la humana,que en Dinamarca se llamaba el viejo,y se llevaba a casa.Otras veces se arrojaba al campo del vecino.En Suecia la muchacha que segaba las últimas espigas debía atárselas al cuello,llevarlas a casa,y darzar con ellas durante la fiesta que seguía al final de la cosecha.En Dinamarca la muchacha bailaba con el maniquí formado con las últimas espigas y lloraba,considerándose viuda.
En algunas de estas culturas quien segaba las últimas espigas era considerado asesino,y llevaba el maniquí de paja hasta el pueblo en medio de risas y burlas,u obligado a arrojarlo al campo de un vecino.En Alemania sin embargo quien segaba la última brazada era conducido al pueblo con gran pompa,y se le servían los mejores platos del banquete con el que se celebraba la recolección de la cosecha.
El Escocia la última brazada también era llamada la vieja (cailleaach),y nadie quería segarla,pues se creía que quien la segaba estaba obligado a alimentar a una vieja imaginaria hasta la próxima cosecha.En Noruega se creía que el segador (skurekail) vivía todo el año en los campos sin ser visto,capturado por la última gavilla segada,con la que se hacía un muñeco antropomorfo llamado skurekail,y que también era arrojado al campo de un vecino que no hubiera terminado de segar aún su cosecha,para que lo alimentara todo el año.Entre los eslavos,por el contrario,quien segaba la baba (vieja) tenía un hijo durante el año.En la región de Cracovia quien ataba la última gavilla era la baba o abuelo,liado en la paja de forma que sólo le quedaba libre la cabeza,y conducido en carreta a la granja,toda la familia le salpicaba con agua.En Carintia quien ataba las últimas brazadas era envuelto en paja y arrojado al agua.Los búlgaros llamaban a la última gavilla reina del trigo,la vestían con camisa de mujer,la paseaban por el pueblo y luego la arrojaban al río,para asegurar lluvia con vistas a la próxima cosecha;o la quemaban y esparcían sus cenizas por los campos para aumentar su fertilidad.

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