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Las puertas del infierno (XVII)

Tres libros y un lector
XVII.- Las puertas del infierno (XVII)

Sección 6: Rebeldía y choque de la Compañía B con Pablo VI
Entre el 17 y el 19 de octubre de 1972 se celebró en Roma un Congreso de las Conferencias nacionales de religiosos y religiosas para debatir las reformas encomendadas por el Concilio Vaticano II.Se trataba de preparar el ambiente para la reunión plenaria de la Sagrada Congregación de Religiosos que se abriría el 23 de octubre.Y antes de las sesiones el cardenal jesuita Jean Daniélou dijo en radio Vaticana:estamos en presencia de una crisis muy grave en la vida religiosa;no se puede hablar de renovación,sino de decadenciaEsta crisis afecta en primer lugar al mundo atlántico.Los consejos evangélicos han dejado de considerarse como consagración a Dios para ser vistos en una perspectiva sociológica y psicológica.Existe la preocupación por no parecer burgués,pero en el plano individual ya no se practica la pobreza.La obediencia religiosa se substituye por la dinámica de grupo.Bajo pretexto de ir contra los formalismos se abandona toda regularidad en la vida de oración.La consecuencia de este estado de confusión se advierte sobre todo en la escasez de vocaciones.Por otra parte se dan cuantiosos abandonos de la vida religiosa.Y la raíz esencial de esta crisis está en una falsa interpretación de las normas del Vaticano II,que han sido substituidas por falsas ideologías difundidas en revistas,en conferencias y por teólogos.
El padre Arrupe,al frente de la secretaría del presidente de la Unión de superiores Generales, respondió que no existía decadencia generalizada,y el cardenal respondió en La Croix,los días 5 y 6 de noviembre,ratificando sus declaraciones.
El Papa apoyó al cardenal Daniélou,y se solidarizaron con el cardenal francés otros cardenales y prelados.
La Congregación General XXXII de los jesuitas,que se inauguró el 3 de diciembre de 1974,se había estado preparando prácticamente desde que terminó la XXXI,y el Papa conocía esta fase preparatoria,que había presidido Jean-Yves Calvez,ayudado por Alvarez Bolado,animador de Fe y Secularidad.
El 24 de abril de 1972 el cardenal Secretario de Estado,Jean Villot,envió una carta al padre Arrupe pidiendo el regreso de la Compañía de Jesús a la tradición,y el 7 de mayo le convocaron a una reunión con la plana mayor de la Secretaría de Estado,el cardenal Villot y los monseñores Benelli y Casaroli;reunión que el padre Arrupe consideró el 12 de mayo defensa de los ignacianos.Por lo que el cardenal Villot le envió el 2 de julio otra carta expresando su preocupación por el rumbo que estaba tomando la Orden.
El padre Arrupe no hizo caso,y emprendió durante el verano de 1973 un viaje por Iberoamérica manifestándose a favor de la teología de la liberación en Uruguay,y solidarizándose con monseñor Angelelli,cabeza de la rebelión de los sacerdotes de Córdoba contra su obispo,monseñor Castellano;apoyó a Allende en Chile;alabó en México la política religiosa de los presidentes Echevarría,Allende,Fidel Castro y Perón;etc.
Mientras el General viajaba por América los superiores españoles desencadenaron una auténtica persecución contra los ignacianos,y a su regreso de América Arrupe fue recibido por el Papa,que le preguntó por qué abandonaban tantos la Orden.Y el día 15 Pablo VI envié al padre Arrupe otra carta,insistiendo en que la Compañía de Jesús volviera a la tradición.
En la revista romana de los jesuitas,La Civiltá Cattolica,el padre Bartolomeo Sorge publicó dos artículos,que expresaban la preocupación de la Santa Sede sobre la Congregación General.Hablaba,concretamente,que existían ya dos Compañías diferentes:la A,la tradicional,no reñida con el progreso;y la B,una compañía nueva en una Iglesia nueva,fundada en las comunidades de base o Iglesia Popular,de signo marxista.La A mantenía estricta obediencia al Papa,y la B buscaba la secularización.
El padre Arrupe inauguró la Congregación General XXXII el 2 de diciembre de 1972,a la que acudía al clan de izquierdas queriendo abolir los grados establecidos por San Ignacio,y reducir a curiosidad histórica el voto de obediencia al Papa;también interpretaban con libertad secularizadora la pobreza,y la obediencia volvía a reducirse a dinámica de grupos;redefinían la acción apostólica como apoyo a la teología de la liberación,y reducían la formación del jesuita a prepararle para la opción de los pobres;por fin otros querían la indigenización (inculturación) de la Orden en Iberoamérica.
Pablo VI dirigió a los 236 delegados una alocución el 3 de diciembre de 1974 recordando el voto de obediencia,y dejó bien claro que quería una Compañía de Jesús al estilo ignaciano.Y el 15 de febrero de 1975 envió una carta autógrafa al padre Arrupe recomendando que no se introdujera innovación alguna con respecto al cuarto voto.El 20 de febrero fue recibido por Pablo VI en audiencia,y volvió a insistir en que no se modificase el cuarto voto,y se prestase más atención a la vida espiritual y religiosa.Por lo que el decreto sobre los grados no hizo alusión a suprimirlos,ni mencionó el cuarto voto.
Pablo VI había advertido también al padre Arrupe que tuviera cuidado con la promoción de la justicia,pero el principal cuerpo de doctrina emanado de la Congregación General XXXII fue el Decreto IV:nuestra misión hoy:el servicio de la fe y la promoción de la justicia.
Sección 7: Degradación interna de la Compañía y rebelión de los jesuitas en Centroamérica (1975-1982)
El documento de la degradación de debe a un grupo de jesuitas ignacianos españoles,que lo hicieron llegar a Juan Pablo II.Es denuncia sobre los métodos de mentalización y manipulación utilizados para dominar y condicionar a los jesuitas que no se rinden al clan de izquierdas,y sirvió de base para que la mayoría de los jesuitas detuvieran la teología de la liberación,excepto en El Salvador,Guatemala y Nicaragua.
A finales de 1988 monseñor Freddy Delgado publicó un alegato sin el que no se puede entender la estrategia del liberacionismo y la implantación de los jesuitas en Centroamérica:La Iglesia Popular nació en El Salvador.Ignacio Ellacuría se había adelantado a la teología de la liberación,y formó en El Salvador un equipo de vascos antifranquistas que alcanzaron influencia política en el país.En 1970 apareció en San Salvador la Nacional de sacerdotes,17 clérigos dedicados al análisis de la realidad nacional,pero que equivalían a la alianza estratégica de cristianos y marxistas,preconizada por Fidel Castro.El arzobismo de San Salvador,Luis Chávez y González,encargó a su obispo auxiliar,Arturo Rivera Damas,que los vigilara,pero los vigilados acabaron marginando a los dos prelados.Por ello el arzobispo de decretó la expulsión del sacerdote francés Bernardo Boulang,y los jesuitas protestaron,siendo portavoz de la protesta Ellacuría.
Concentraron su actividad en la universidad José Simeón Cañas (UCA),y los jesuitas volvieron a dividirse en ignacianos y progresitas.El equipo jesuita-marxista exaltó la interconexión de la conversión política al marxismo y la conversión religiosa,hasta identificarlas,mientras desde la UCA llegaban a todos los centros de activismo orientaciones cada vez más radicales,a partir de su centro de reflexión teológica.Las ligas polulares 28 de febrero,integradas en el Frente Nacional de Liberación Farabundo Martí,se organizaron en la UCA.También se tramó en la UCA y en el arzobispado la formación de un gobierno socialista radical,con ocasión del golpe de 1979.La UCA jugó un papel importante en la formación de los cuadros de los diferentes grupos marxistas que conforman el FMLN.Incluso se compraban armas en el extranjero utilizando cuentas bancarias de jesuitas radicales.
Es muy significativo que,cuando el padre Moreno,jefe de relaciones públicas del arzobispado,se encargó de la formación de los jóvenes de la Orden,exigió traer todos los libros sobre marxismo que necesitaba para hacer una tesis doctoral.La Nunciatura le coló por valija diplomática cuatrocientos libros de marxismo,y de la tesis no se supo más.¿Por qué se importan estos libros a través de la Nunciatura,toda vez que Pablo VI se oponía oficialmente al giro marxista que estaba adquiriendo la Compañía de Jesús y la teología de la liberación?.
En febrero de 1977 fue nombrado arzobispo de San Salvador monseñor Oscar Arnulfo Romero González.El 12 de marzo fue asesinado el padre Rutilio Grande,que es el que había protestado por la importación de los libros marxistas,y sin embargo los liberacionistas lo convirtieron en mito de su causa;los liberacionistas invadieron el arzobispado,y favorecieron la invasión de las monjas de la Iglesia Popular,que instrumentalizó al arzobispo,hasta que les hizo frente tras su visita ad limina a Juan Pablo II.Pero la verdad es que era Ellacuría quien redactaba las homilías del Arzobispo,hasta que el 24 de marzo de 1980 fue asesinado mientas celebraba Misa.Los jesuitas de la UCA lo convirtieron en mártir,y Ellacuría siguió siendo líder del movimiento cristiano marxista.
El centro principal de liberacionismo en Centroamérica pasó en 1979 a Nicaragua,donde gobernaba ahora el Frente Sandinista,apoyado por el sector liberacionista,sector que tomaba ya el nombre de Iglesia Popular,al que se oponía monseñor Miguel Obando y Bravo,arzobispo de Managua.Los sandinistas dominaban la Conferencia de Religiosos nicaragüenses,y los jesuitas apoyaban la revolución sandinista mediante centros como el Antonio Valdivieso,el de educación y promoción agraria,la Universidad Centroamericana y el Instituto Histórico Centroamericano.Pero a finales de 1979 todos los obispos seguían a monseñor Obando,de los 350 sacerdotes de Nacaragua sólo eran sandinistas 15,y del conjunto del clero,912 personas,800 se alineaban con la jerarquía.

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