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Las puertas del infierno (VI)

Tres libros y un lector
VI.- Las puertas del infierno (VI)

Sección 4: La sombra masónica y la guerra cristera en México
En México tuvo lugar la guerra cristera (1926-29) entre el pueblo católico y la Revolución mexicana,y en España la guerra civil (1936-39),ambas denunciadas el 19 de marzo de 1937 por Pío XI,porque ambas fueron consideradas por la Iglesia católica guerras en favor de la fe.
Con sus más de cien millones de habitantes México es hoy nación clave para el catolicismo,y el título de esta sección se debe a que Ricardo de la Cierva recuerda la intervención de la masonería en la independencia de Hispanoamérica,pues masones fueron incluso Riego,que frustró la segunda expedición preparada por Fernando VII para sofocar la rebelión de Buenos Aires,y Juan Alvarez Mendizábal,agente en España de la masonería inglesa.En la independencia de Hispanoamérica influyó por tanto también el descontento respecto a las leyes que rigieron en España durante el trienio del gobierno de Riego,que incluso nombró en Hispanoamérica autoridades afines a su ideología,como por ejemplo el brigadier OïDonojú,último virrey español en México.Pues fueron también masones incluso muchos de los que intervinieron en el derrocamiento de don Agustín de Iturbide.
Desde luego los Estados Unidos pensaron muy pronto en apoderarse de los territorios españoles que pensaban incorporar como propios,comprando la Florida en 1819,y exigiendo a México la cesión del resto de territorios que baña el río Bravo,desde Texas a California.
La Revolución Mexicana de 1910 fue iniciada por Francisco Ignacio Madero,al frente de una confluencia de liberalismo moderado,agrarismo radical,pero respetuoso con la propiedad (Emiliano Zapata) y radicalismo obrero (Flores Magón).Derrocado,y asesinado después,desde el 19 de febrero de 1913 a julio de 1914 ocupó la Presidencia el general Victoriano Huerta.Tomada la Ciudad de México en agosto de 1915,tras derrotar el general Obregón a Pancho Villa,y eliminar Carranza a Zapata en 1919,el Presidente fue el general Venustiano Carranza,que promunlgó la Constitución de 1917,prohibió la enseñanza religiosa,y nacionalizó los bienes eclesiásticos;pero en realidad la persecución religiosa en la Ciudad de México ya la había iniciado el general Alvaro de Obregón,expulsando sacerdotes,cerrando colegios religiosos,e incluso violando monjas.
Vencido y asesinado Carranza el 21 de mayo de 1920 le sucedió el general Alvaro de Obregón,apoyado por todas las fuerzas revolucionarias,y por la Confederación Regional Obrera Mexicana,fundada en 1918.También por la central obrera CGT,y el partido comunista.
Patrocinado por Obregón ascendió a la Presidencia el general Plutarco Elías Calle en 1924,que recrudeció desde 1926 la persecución contra la Iglesia,expulsando al Delegado Apostólico.
Pío XI condenó estos excesos en la encíclica Iniquis afflictisque,el 18 de noviembre de 1926,y los católicos de Jalisco,Colima,Zacatecas,Guadalajara y Michoacán fundaron la Liga Defensora de la Libertad religiosa,alzándose en armas,en la que se conoce con el nombre de Guerra Cristera o Cristiada (1926-29).La respuesta gubernamental fue asesinar sacerdotes,profanar iglesias,y represaliar a los que pudieron.La lucha más enconada se libró en Jalisco y Michoacán.Se fusiló al jesuita Miguel Agustín Pro acusado del atentado en Chapultepec de 1927 contra el general Obregón,que fue asesinado en 1918 por un cristero.Asumió entonces la Presidencia Emilio Portes Gil,que con el patrocinio de Dwight W. Morrow,embajador de los Estados Unidos,firmó los Arreglos que pusieron fin al conflicto cristero.Bajo el gobierno de Portes Gil,y la supervisión de Calles,se creó el 4 de marzo de 1929 el Partido Nacional Revolucionario,después PRI.
Sección 5: La guerra civil española
Pese a que esta guerra tuvo por la parte victoriosa el carácter de Cruzada,y de que durante el primer bienio de la II República (1931-33) se incendiaron conventos y edificios religiosos en Madrid y otros puntos de España,siempre he considerado a esta guerra más política que religiosa,aunque tal vez lo político incluya lo religioso,como demostró la Revolución de Octubre de 1934.
Pío XI protestó efectivamente contra el anticlericalismo de la República española en su encíclica Dilectisima nobis,el 3 de junio de 1933,en la que venía a culpar del anticlericalismo español a la masonería y al comunismo,“como venía sucediendo en México y Rusia”.Y un día antes el episcopado español había firmado una carta colectiva,en la que se protestaba por la ley de congregaciones,y el laicismo agresivo inspirador de la Constitución de 1931.
En 1935 la obra del gobierno de centro-derecha se vio cada vez más entorpecida por las noticias sobre la confrontación europea del fascismo con el comunismo y socialismo,y en diciembre de ese año se rompió el pacto gubernamental entre la CEDA y el Partido Radical de Lerroux,convocándose elecciones para el 16 de febrero de 1936,a las que se presentó una España dividida,de la que el Partido de Lerroux era árbitro:y si en 1933 favoreció al centro-derecha,ahora favoreció al Frente Popular,que recrudeció los asaltos a iglesias,y persecuciones al clero,lo que obligó a decir a José María Gil Robles que media España no se resiste a morir.
Y es que ante la degradación revolucionaria del Frente Popular un grupo de generales se constituyó en Junta,eligiendo como jefe para un eventual alzamiento al general José Sanjurjo,exiliado en Portugal,y luego aceptaron como delegado y coordinador al general Emilio Mola Vidal.El 13 de julio de 1936 fuerzas de orden público intentaron asesinar a Gil Robles,y asesinaron a José Calvo Sotelo,el jefe de la oposición monárquica.Con lo que a media tarde del 17 de julio de 1936 se inició la guerra civil en Melilla,pues las fuerzas armadas y de orden público ahora estuvieron desunidas,con sólo cuatro de los veintiún generales con mando de división alzados en armas contra el Frente Popular;pero España se escindió en uno u otro bando según lo hicieron la mayoría de oficiales y suboficiales,por lo que sólo Madrid,Barcelona y Valencia quedaron oficialmente como capitales republicanas.
La guerra se inició pues con ventaja para la II República,pero con izquierdas divididas,y los sindicatos anarquista y socialista haciendo la guerra por su cuenta.
Desaparecido en mortal accidente el general Sanjurjo,se impuso cada vez más la figura del general Francisco Franco,que había volado desde Canarias a Tetuán para tomar el mando del ejército de Africa,más de veinticinco mil hombres,el conjunto más aguerrido de las fuerzas armadas,a los que consiguió trasladar a la penúnsula por aire y mar,mientras el general Mola avanzaba desde Navarra por Guipúzcoa,y fijaba los frentes de la zona norte;mientras el general Queipo de Llano se apoderaba de Sevilla,enlazaba con Córdoba y Granada,y establecía el frente andaluz.El general Franco avanzó con las tropas de África desde Sevilla hacia Madrid,liberando el Alcázar de Toledo.El teniente coronel Yagüe avanzó por Extremadura,y otros jefes militares lo hicieron en otros frentes.
Yo sigo considerando esta guerra más política que religiosa,pero desde luego el catolicismo fue vehículo de unión a favor de los sublevados,pues en la zona republicana se desencadenó una nueva persecución contra la Iglesia y la religión,con quema de la iglesia de San Andrés en Madrid el 18 de julio de 1936,asesinato de varios jóvenes de Acción Católica y sacerdotes,profanación de más del 30 % de los edificios religiosos de Madrid,e Iglesia en clandestinidad excepto en Guipúzcoa y Vizcaya.Persecución que fue legal tras los decretos del 27 de julio y 12 de agosto.
Se estima que en zona republicana murieron 13 obispos,4.184 sacerdotes,2.365 religiosos y 283 religiosas;más los católicos seglares de las 80.000 víctimas por represión política.Por lo que el general Franco habló ya de cruzada nada más llegar a Marruecos,y varios obispos identificaron en agosto de 1936 el alzamiento como cruzada.El 6 de agosto incluso el obispo de Vitoria,monseñor Múgica,y el de Pamplona,monseñor Olaechea,publicaron un documento en la que reprobaban la alianza de los católicos nacionalistas vascos con el Frente Popular.Y el 30 de septiembre de 1936,víspera de la proclamación de Franco como jefe de la zona nacional,el doctor Pla y Deniel,obispo de Salamanca,firmó una pastoral con la siguiente tesis:no se trata de una guerra civil,sino de una cruzada por la religión,la patria y la civilización.El cardenal Gomá,arzobispo de Toledo,se convirtió en el más ardiente defensor de la Cruzada ante el Vaticano,por lo que fue designado representante oficioso de la Santa Sede ante el gobierno del general Franco.Pío XI en su mensaje de Navidad volvió a expresar su apoyo a los católicos que respaldaban el alzamiento,y en su encíclica Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937 citó a España,Rusia y México.El propio cardenal Pacelli,futuro Pío XII,animó al cardenal Gomá para que se firmara la Carta Colectiva que se dirigió a los obispos extranjeros el 1 de julio de 1937,y que inclinó a los católicos de esas naciones a favor del Movimiento nacional.No figura en esta Carta el término cruzada,pero sí su espíritu.Incluso Pablo VI,al despedirse del embajador Antonio Garrigues,reconoció que el alzamiento contra la II República había sido una cruzada.
En Cataluña,que quedó en zona roja,fueron asesinados tres obispos;el abad de Monserrat y sus monjes huyeron,y sólo en Barcelona fueron destruidas doscientas iglesias y capillas,y asesinados el 30 % de sus sacerdotes.El líder histórico de la Lliga,Francisco Cambó,ayudó al alzamiento desde el extranjero.Por lo que la entrada de las tropas de Franco en Cataluña resultó apoteósica,como reconoció el propio jefe del Estado Mayor vencido,general Vicente Rojo.

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