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Sobre la libertad (I)

Naderías metafísicas
XVIII.- Sobre la libertad (I)

Los escritos de John Stuart Mill,entre ellos Sobre la libertad,que es el que voy a resumir y comentar en este capítulo,siguen siendo obra clásica en pro de la libertad individual.
John Stuart Mill (1806-1873) fue hijo de James Mill,el último de los grandes raisonneurs del siglo XVIII,que consideraba al ser humano como un objeto natural,y pensaba que el estudio sistemático de la especie humana podía y debía establecerse sobre cimientos empíricos;creía que había llegado a dominar los principios de la nueva ciencia del hombre,y estaba firmemente convencido de que cualquier ser humano formado a la luz de ellos podría ser preservado de la ignorancia y la debilidad.Educó por eso a su hijo aislado de los demás niños,educados menos racionalmente.Prácticamente los únicos compañeros de John fueron sus hermanos y hermanas.A los cinco años sabía griego;a los nueve,álgebra y latín,y fue alimentado intelectualmente a base de ciencias naturales y literatura clásica.No tuvo acceso ni a la religión ni a la metafísica,pero sí a la música,por lo que a sus doce años era ya bastante erudito.
No es de extrañar pues que en su primera madurez se sintiera angustiado,hasta que leyendo las memorias del francés Marmontel rompiera a llorar,y se convenciera así de que era capaz de sentir emociones.Leyó entonces al poeta Wordsworth,leyó y conoció a Coleridge,y se transformó su visión de la naturaleza del hombre,de su historia y de su destino.Siguió creyendo que la felicidad era el único fin de la existencia humana,pero basada también en la diversidad,la plasticidad y la plenitud de vida;el genio individual,la espontaneidad y singularidad de un hombre,un grupo o una civilización.Lo que más odiaba y temía era la mezquindad,la uniformidad,el efecto destructor de la persecución,la opresión de los individuos por la autoridad,la costumbre o la opinión pública.Se opuso al culto del orden,de la nitidez e incluso de la paz,si tenían que ser adquiridas destruyendo la variedad y la imaginación.
Cuando cumplió 17 años estaba plenamente formado,poseyendo clara inteligencia,sin rastros de temor,vanidad o humor.Durante los diez años siguientes fue escritor utilitarista,ensalzando lo que su padre había ensalzado (el racionalismo,el método empírico,la democracia y la igualdad),pero combatiendo lo que los utilitaristas habían combatido:la religión,la creencia en virtudes intuitivas e indemostrables y sus consecuencias dogmáticas.Para John Stuart Mill el hombre se diferencia de los animales no sólo por poseer entendimiento e invención,sino por su capacidad de elegir y no ser elegido;por ser jinete,y no cabalgadura;por ser buscador de fines,y no sólo de medios.
Oficialmente se consagró a la búsqueda de la felicidad,creyendo en la justicia.Pero también cantó las glorias de la libertad individual y de la independencia,y criticó que el cristianismo persiguiera las ideas y creencias adversas.El fin principal de John Stuart Mill fue pues la extensión de la libertad individual,especialmente la de expresión,contribuyendo a asegurar el autogobierno en la Commonwealth,la libertad de expresión pública en Hyde Park y la representación proporcional;no se opuso,sin embargo,a la intervención estatal.
Sostuvo que la felicidad (o la utilidad) no tiene sentido como criterio de conducta,y en sus escritos la felicidad viene a ser la realización de los deseos propios.Por eso deseó un gobierno de expertos e ilustrados,detestando y temiendo la estandarización y la mediocridad,la timidez,la conformidad y la falta de interés en las cuestiones humanas.Dio por supuesta la solidaridad humana,y no temió el aislamiento de los individuo o de los grupos,preocupándole la socialización y la uniformidad.Deseaba la mayor variedad posible en la vida y carácter humanos,y por eso defendió la comprensión y la tolerancia.
Los hombres quieren restringir las libertades porque desean imponer su poder,quieren conformidad o creen saber cómo se debe vivir.Los seres humanos no son infalibles,y para Mill no existieron verdades absolutas.Consideró a las ciencias confusas,y desprovistas de generalizaciones válidas.Creyó que el ser humano es espontáneo,dotado de libertad de elección,capaz de modelar su propio carácter;y que,como consecuencia de la relación del ser humano con la naturaleza y con otros hombres,contínuamente está surgiendo algo nuevo,siendo precisamente esta novedad lo más característico y humano del hombre.
Sostuvo que la verdad está expuesta a degenerar en dogma o prejuicio,y defendió la libertad porque estaba seguro de que la necesitaban los hombres para desarrollarse.En el centro de sus pensamientos y sentimientos no estaba su utilitarismo,ni su interés por el conocimiento,ni por separar el dominio público del privado,sino su apasionada creencia de que el hombre se hace humano mediante su capacidad de elección.
John Stuart Mill creyó que los casos particulares requieren su propio tratamiento específico,por lo que fue un empirista británico,sensible al cambio de las circunstancias,a las diferencias de situaciones,a la naturaleza individual de cada caso.Para él la humanidad ganaba más consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás.
Tocqueville había escrito con pesimismo acerca de los efectos morales e intelectuales de la democracia en América,y John Stuart Mill estuvo de acuerdo,pues no quería un rebaño de tímidos y laboriosos animales a los que gobierna un pastor.Intentó fundir racionalismo y romanticismo,detestaba la adulación,fue leal a movimientos,causas y partidos,pero siempre con base en la verdad.
Como los únicos dioses que conoció fueron los inventados por las religiones,mantuvo que la existencia de Dios era posible,e incluso probable,pero que no estaba probada;si Dios era bueno,no podía ser omnipotente,puesto que permitía que el mal existiera;rechazaba la creencia en misterios,consideraba el teísmo un conjunto de creencias nobles,posible la inmortalidad y la religión asunto exclusivo de cada individuo.Siempre defendió que el ser humano tiene derecho a su vida privada,y consideró la libertad y tolerancia religiosa como protección indispensable de toda religión verdadera.Valoró la distinción hecha por la Iglesia entre reino espiritual y temporal,y fue maestro de su generación,pero no creador ni innovador.
Fue un gran pensador político porque tuvo una mente honrada,abierta y civilizada,rompiendo con el modelo pseudocientífico de una naturaleza humana fija,dotada en todos los tiempos y lugares de las mismas inalterables necesidades,emociones y motivos,que responde de diferente manera sólo ante diferencias de situación y estímulos,o que se desarrolla según pautas inalterables.Substituyó esta idea de la naturaleza humana por la imagen del ser humano como creador,incapaz de completarse a sí mismo,y por tanto falible;un ser libre e imperfecto,capaz de determinar su propio destino en circunstancias favorables para el desarrollo de su razón y sus capacidades.Le atrormentaba el problema del libre albedrío,e insistió en que lo que nos caracteriza es nuestra capacidad y libertad de escoger y experimentar,pues entendía por libertad una condición en la que no se impedía a los hombres escoger el objeto y el modo de su culto.

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