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España,plurinacional (XXXIX)

                España,plurinacional
                                               XXXIX.- Primavera trágica y antidemocrática (5)
 
                En él Companys acusó a Dencàs de haberlo dejado solo en la Generalitat,donde estábamos absolutamente batidos y rodeados.Dencàs admitió que la poca práctica de los escamots en acciones nocturnas les llevaba a tirotearse entre ellos,y por eso él había decidido esperar hasta el amanecer,cuando debían llegar,además,refuerzos del exterior.A lo que Companys replicó:su Señoría esperaba la mañana para derrotar a los ejércitos que estaban emplazados estratégicamente en todas las plazas y calles de Barcelona.Dencàs,indignado,le gritó:¡Ciento veinte soldados,señor presidente!,contra 550 policías y voluntarios armados que le protegían.Companys:entonces bajarían todos los refuerzos del exterior y en un momento derrotarían a aquel ejército establecido de forma estratégica en las plazas y calles de Barcelona.Mientras los incondicionales diputados,resultos a mantener el mito,gritaban y apostrofaban al desdichado Dencàs.Y peor fue cuando éste,para defenderse,leyó una carta del difunto y hacía pocos días homenajeado Badía:no cuenta nada el que aquella noche aciaga algunos nos jugásemos la vida.Nuestra obligación,sobre todo la mía,era capitular enseguida,sin luchar como lo hicimos.Y tenía la obligación de estarme escondido en un despacho y sacar la bandera blanca en cuanto hubiera oído un par de cañonazos.Di mal ejemplo al ser el único que con un grupo de voluntarios salió a la calle,y ahora lo he de pagar.Reconozco que merezco sólo desprecios e insultos,y que el apoyo material y moral lo tienen bien ganado aquellos valientes que permanecieron bien escondidos para rendirse a cambio de que les perdonaran la vida.Sí,hace muy bien la gente en ayudar y plañir por esos pobretes.Era más de lo que podían soportar los diputados esquerristas,pues les concernía a todos directa o indirectamente.Arreciaron por tanto en sus insultos y protestas,hasta interrumpir la lectura de la carta.
                Pero los abucheos no impidieron que saliera a la luz parte de los preparativos de aquel verano,cuidadosamente ocultados por los jefes nacionalistas ante el Tribunal de Garantías.A la revelación de tratos con Prieto en torno a un cargamento de armas,Lluhí,consejero de Justicia y Derecho,increpó a Dencàs:¡Repito que es falso,y si usted tuviera dignidad,no lo diría!.¡Es un secreto que no le pertenece sólo a S.S.!.¡Usted es un hombre infame!.¡Un delator y un traidor!.Y no menos expresivo estuvo Companys:quiero dejar de lado todo lo anecdótico en cuanto al 6 de octubre.Para nosotros la verdad,nuestra verdad,es la única verdad;es la que consta en el proceso y en el juicio oral ante el Tribunal de Garantías.
                De nada sirvieron a Dencàs sus anécdotas.Con prepotencia sentenciaba L´Humanitat:El mejor favor que se puede hacer a Dencàs es no entretenerse en comentarlo.Ni Catalunya ni su nombre sacarán de ello beneficio.Dencàs salía triturado por su falta de altura de miras y de seriedad,de emoción cordial,de corrección de palabra.Companys,en contraste,ha ganado todavía en altura con sus cálidas y humanas palabras,su clara nobleza apasionada,sentido de la responsabilidad de gobernante.Conclusión:hemos de proclamar la gloria y la eficacia de aquel gesto.El del 6 de octubre,cuando Companys y Dencàs habían intentado lanzar a Cataluña a la guerra civil.
                A las dos semanas los nubarrones políticos se hacían más negros en Cataluña,y más dura la conflictividad laboral.La CNT,pasajeramente calmada con promesas sociales,exhibía una creciente insolencia ante los políticos de la democracia expeditiva.Y la alarma se hacía visible en los llamamientos de Rovira i Virgili,a reaccionar contra los síntomas de contagio y perturbación.Las alteraciones sólo podían ser reflejos y repercusiones de inquietudes y conflictos de fuera,frente a los que urgía poner una generosa ambición patriótica en el corazón de los catalanes.
                Por lo demás la solidaridad esquerrista con las izquierdas gobernantes,y su acoso a las derechas,no cesaba.El 14 de junio celebraron el reingreso en el ejército,con todos los honores,de los militares comprometidos en la intentona de octubre.Y la prensa de Companys decidía que Gil Robles y Calvo Sotelo estaban por el fascismo cuando ambos habían pedido,desesperada,reiterada e inútilmente en las Cortes,que el gobierno hiciera cumplir la ley,advirtiendo de lo que podía ocurrir en caso contrario.
                En julio la situación general empeoró todavía.La conspiración militar dirigida por Mola se bandeaba mal entre las exigencias contradictorias de sus componentes,en particular un sector carlista,radicalmente opuesto a la República,y las medidas del gobierno,que tenía bajo vigilancia a bastantes conspiradores y los perturbaba quitándoles el mando o cambiándolos bruscamente de destino.Entre ellos se encontró Franco,enviado de capitán general a Canarias.Pero en la noche del 12 de julio,con el pretexto de vengar el asesinato del teniente Castillo,militar izquierdista e instructor de las milicias del PSOE,un grupo de guardias de asalto y milicianos socialistas,dirigidos por un oficial de la Guardia Civil,Condés,también socialista e instructor de las milicias,intentaron secuestrar y matar a varios líderes de la oposición,al menos a Gil Robles y Calvo Sotelo.Al primero no lo hallaron en casa,pero sí al segundo,a quien asesinaron en la misma camioneta policial.La mezcla de milicianos y guardias en operaciones policiales caracterizaba bastante bien una ausencia práctica de ley,una situación prerrevolucionaria muy avanzada.
                El crimen abrió definitivamente la compuerta de los odios.Sentí la impresión de que todas las treguas estaban terminadas y disipadas todas las esperanzas de concordia,escribió Martínez Barrio.Las últimas diferencias entre los conspiradores militares se desvanecieron,y se hizo imparable la acción,antes aplazada varias veces,debida en parte a la cautela de Franco,que esperó hasta el último momento un cambio de rumbo en el gobierno.Se trataba de dar un golpe militar rápido y por ello no muy cruento en principio.Pero no acertaron,porque en el ejército,como en la sociedad,los espíritus estaban muy divididos y enfrentados.
                Y el mismo efecto tuvo el suceso en las antes divididas izquierdas,por lo que Prieto escribió en El liberal de Bilbao:hoy se dijo que la trágica muerte del señor Calvo Sotelo serviría para provocar el alzamiento de que tanto se viene hablando.Bastó este anuncio para que,en una reunión que sólo duró diez minutos,el Partido Socialista,el Partido Comunista,la Unión General de Trabajadores,la Federación Nacional de Juventudes Socialistas y la Casa del Pueblo quedaran de acuerdo para su acción común.Y caracterizó los días por venir:será una batalla a muerte,porque cada uno de los bandos sabe que el adversario,si triunfa,no le dará cuartel.
 

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