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La magia celeste (VI)

De occulta philosophia
XIII.- La magia celeste (VI)

En el cielo no existe ninguna de las imágenes a las que se refiere la magia,y los signos del zodíaco son uno más de los muchos inventos humanos.Por eso que Aries,Leo y Sagitario sean buenos para la fiebre,hidropesía,gota y enfermedades provocadas por humores fríos y flemáticos;Marte,el Sol y Júpiter tengan también casas,y vuelvan agradable,elocuente,ingenioso y honorable;Géminis,Libra y Acuario disipen enfermedades melancólicas,estableciendo amistad y concordia;Cáncer,Escorpio y Piscis tengan virtudes contra fiebres calientes y secas,y Tauro,Virgo y Capricornio curen enfermedades calientes,la fiebre sínoca,y tornen agradables,bienvenidos,elocuentes,devotos y religiosos cuando están en las casas de Venus,Mercurio y Saturno… simples creencias.
Las 36 imágenes o faces (caras) del zodíaco invento por tanto de Porfirio,Teucro,y otros:por lo que van a permitirme que no haga alusión a ellas.
Igual sucede con las de Saturno,Júpiter,Marte,el Sol,Venus,Mercurio,la Luna y estrellas fijas behenias.Si he tenido a bien aludir a las casas de la luna en el capítulo anterior,no especifiraré pues sus imágenes en éste,no existiendo tampoco figuras geománticas más que en los textos de magia.
Las imágenes “según la intención del operador” son aún más subjetivas,y tampoco aludiré a ellas,por mucho que incluso creyera en ellas san Alberto Magno.
El autor que comentamos parece aceptar esta falacia cuando dice que,para dar felicidad a alguien se confeccionan unas imágenes,otras para la desolación,adaptarse o huir de lugares,generar ganancias,concordia o amor,obtener lo que se pide,lograr lo que se niega,soñar,etc.
Los caracteres atribuidos por la magia al Sol,la Luna y los planetas inventados también,sin parecido alguno con los rayos que emiten,porque los planetas ni siquiera los emiten.Se pudo creer “que los verdaderos caracteres de los cielos son la escritura de los ángeles”,pero ya no se cree ni siquiera en los ángeles.
Si se adivina por astrología,al no ser “científica” ni la astronomía,mal puedo creer que se adivine mucho.Y el propio Agrippa vuelve a hacerme escéptico al decir que para concretar un buen juicio hay que preparar la figura del cielo.
Lo de las semejanzas entre almas humanas y divinas,entendiendo por dioses los inventados por el hombre,creencia también.
Que los astros tengan alma lo he aceptado,porque entiendo por alma espacio producido por mentes.Que esas mentes y almas influyan sobre la Tierra,lo he aceptado igualmente,refiriéndome a las de nuestro sistema solar.El alma del mundo es alma divina,y no sólo he aceptado que esté dotada de entendimiento,sino de más potencias mentales que el ser humano,y a nivel universal.Pero lo difícil es conocer a dios,y por tanto al universo.
Mundo (universo),cielos (firmamento),estrellas y elementos no causan exactamente almas en los cuerpos inferiores,aunque haya aceptado que nuestras almas o espíritus,y por tanto las de todos los animales,sean consecuencia de radiaciones que recibe la atmósfera terrestre.
Que las almas celestes tengan su fuerza en la razón,aceptable si por razón entendemos la divina.No me detengo pues en citar los nombres que Orfeo (ser mitológico,no histórico) da a las esferas celestes,ni las almas que los pitagóricos “vieron” en los signos del zodíaco,etc.Tampoco en cómo llama Hermes a los planetas,ni en los epítetos que les dedica.
Las invocaciones mágicas no mueven astros,aunque lo dijera Aristóteles.Ningún miembro del cuerpo humano se mueve sin cerebro vivo,y estos movimientos nos siguen siendo misteriosos,porque no conocemos las causas.
Termino por tanto los capítulos dedicados a la magia celeste con más escepticismo que los que dediqué a la natural,y veremos lo que me convence la que el autor llama magia ceremonial.

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