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España,plurinacional (XLV)

                                España,plurinacional

                                               XLV.- Cataluña y Vascongadas durante 1936 (5)
               
                La estrategia comunista se basaba en 1)apelar al patriotismo español,definiendo la guerra como de independencia frente a la invasión nazifascista,a pesar de que Franco no fue nunca títere de sus aliados,mientras que el Frente Popular era satélite de Stalin;2)crear un ejército regular superando las decepcionantes milicias;3)hacer retroceder la revolución y sus desórdenes (los comunistas sólo admitían la revolución dirigida por ellos),y 4)implicar a las democracias,lo que podría generalizar la guerra a toda Europa occidental,dejando a Moscú como árbitro y beneficiario.En este proceso el PCE debía hacerse con el poder real,pero no exhibido en el gobierno,en especial en el ejército y la policía,e imponer poco a poco una democracia de nuevo tipo,un régimen de transición a la dictadura proletaria.El dinero español estaba ya en manos de Stalin,pues Negrín,Largo Caballero y Prieto,tres políticos socialistas,se lo habían entregado,en plena luna de miel con el Kremlin.
                Los demás partidos,en general,carecían de estrategia,salvo la de subsistir a cualquier precio y sacar provecho de las circunstancias,y por eso no captaban el designio de fondo del PCE,aún más borroso por la obsesiva insistencia de este partido en la unidad y eficacia del Frente Popular.Sí percibían,en cambio,el creciente y despiadado poder comunista.Largo Caballero vio cómo sus amadas juventudes eran prácticamente engullidas por el PCE,cómo éste aumentaba su influencia en la UGT,y el PSUC escapaba por completo al control del PSOE.Sentía que los asesores enviados por la URSS hacían a menudo caso omiso de sus órdenes,y el embajador soviético,Rosenberg,obraba como un procónsul.Y no menos crecía la alarma de los anarquistas,que no dejaban de ceder posiciones.En cuanto a los republicanos,apenas pesaban en el Frente Popular,y estaban agradecidos a los agentes de Stalin por frenar los desórdenes de la primera etapa revolucionaria.
                Desde finales de septiembre de 1936 Vizcaya disfrutó de seis meses de calma.El gobierno de Aguirre los aprovechó para formar,con bastante presteza,un ejército numeroso,con mayoría de izquierdas pero dirección nacionalista;y emprendió la construcción de masivas fortificaciones,llamadas El cinturón de hierro,en una amplia área en torno a Bilbao;este cinturón había de hacerla inconquistable,e incluso Aguirre intentó una ofensiva.
                En noviembre el gobierno izquierdista,trasladado a Valencia,ordenó ataques en todos los frentes para desahogar el asedio de Madrid.Apenas fue obedecido,aunque marchó desde Barcelona a Madrid la columna de Durruti,que encontraría la muerte.También en noviembre nombró Valencia jefe de todo el frente norte al general Llano de la Encomienda.Que toparía con Aguirre,igual que antes Ciutat.Diseñó una ambiciosa ofensiva desde Asturias,Santander y Vizcaya,desde la que las tropas irían a ocupar Arbalán,Vitoria y Miranda del Ebro,en combinación con la ofensiva santanderina.
                El plan agradó a Aguirre,que aspiraba a desquitarse de la pérdida de Guipúzcoa e incluso pensaba invadir Navarra,y que desde octubre disponía de un flamante Ejército de Operaciones de Euzkadi,con unos 40.000 hombres en 47 batallones,17 de ellos peneuvistas.Aguirre exigía constantemente a Valencia nuevas remesas de material,quejándose de penuria,pero le recordaría Prieto en enero:la penuria que ustedes padecen de armas y municiones es mucho,muchísimo menor que la que se sufre en otros sitios.Pues habían llegado a Vizcaya remesas abundantes de material de guerra enviadas desde Valencia,compradas en Francia o procedentes de la URSS,entre ellas 15 excelentes cazas I-15,sin competencia del enemigo en cantidad ni en calidad,y que debían dar pleno dominio del aire al gobierno vizcaíno.
                La acción contra Álava se emprendió con los mejores auspicios,coordinada por Ciutat,pero bajo la dirección inmediata del capitán peneuvista Arambarri.La masa de ataque,25.000 hombres,superaba a la empleada por los nacionales contra Madrid,y si bien inferior en adiestramiento,tenía objetivos incomparablemente más fáciles,pues sólo contaba con 4.300 enemigos enfrente.La debilidad de los de Franco se debía a que no esperaban la ofensiva,y a que alaveses y guipuzcoanos,que habían alistado 8 tercios de requetés,equivalentes a 16 batallones,habían enviado a otros frentes el grueso de sus efectivos.
                La ofensiva,invocando la mítica batalla de Padura,avanzó hasta el pueblo de Villarreal de Álava,para chocar allí con la enconada resistencia de la débil guarnición local,unos 800 soldados,un tercio de los cuales resultarían muertos o heridos.Durante dos semanas el pueblo fue atacado sin tregua,sufriendo once bombardeos aéreos,2.600 cañonazos y una lluvia de proyectiles de mortero.La resistencia permitió la llegada de refuerzos,y ni los batallones izquierdistas ni los nacionalistas lograron pasar de allí.Los atacantes sufrieron bajas muy elevadas,unas 4.500,con cerca de mil muertos,muchos de ellos debidos a un bombardeo de dos aviones nacionales sobre un convoy de tropas.Se manifestaron graves fallos de previsión en las columnas vizcaínas,sobre todo en la atención a los heridos,y quedó de relieve que el mando nacionalista había atendido más al buen estado de revista de las tropas que a su instrucción de combate.
                Aguirre explicó a Valencia el deplorable fracaso aludiendo a unas fortísimas y modernas fortificaciones enemigas,totalmente imaginarias,y a la llegada de numerosas tropas contrarias,también muy exageradas,procurando descargar la culpa sobre Ciutat.En adelante el PNV se las arreglaría para culpar siempre a sus aliados de todos sus fracasos,pese a actuar el Ejército de Euzkadi con práctica independencia.En las filas nacionalistas Aguirre se ganó el mote de Napoleonchu.
                La dura experiencia debió convencer a Aguirre de la dificultad de vencer a un enemigo cuya resolución había comprobado tan a lo vivo.Los nacionales habían protagonizado resistencias realmente heroicas,incluso en los momentos y situaciones más desesperados,como en Simancas,el alcázar de Toledo,Huesca,Oviedo y otros;y sin duda se volverían más temibles conforme ganaran en medios.Por lo que los jefes sabinianos comenzaron un doble juego de tratos soterrados con los nacionales,a través de los fascistas italianos.
                El gobierno vizcaíno renunció a nuevas ofensivas,pese a conservar una gran superioridad local.Prefirió fortificar Vizcaya,prestó refuerzos,poco efectivos,en Oviedo,y acreció su independencia.Se arrogó competencias en la creación de academias militares,y rechazó la dirección del Ejército Norte,arguyendo que prescindir del nombre Ejército de Euzkadi crearía un problema de tipo sentimental peligroso.Del teórico jefe de todo el frente,de Llano,aceptaba la coordinación y el consejo,pero no con aspecto de orden.Y se escudaba en razones de tipo técnico:el Gobierno vasco entiende que toda la administración de la guerra es de su incumbencia,no por consideraciones de tipo legal que en este caso están de más,sino por servir con mayor eficacia a la causa.Además era ciertamente ocioso hablar de una legalidad,porque ha sido superada no sólo en el terreno económico,sino en tantos aspectos distintos.
                Para enero Aguirre,en franca insubordinación,invalidaba órdenes de Llano o la instrucción de sustituir los batallones partidistas por divisiones y brigadas.Prieto le escribió el día 13,denunciando la afición del PNV a desprestigiar al gobierno de Valencia,y criticando la burocracia vizcaína,máquina monstruosa,ineficiente pero útil para afianzar el poder nacionalista,o esos pujos a que se sienten ustedes tan inclinados de adquirir internacionalmente una personalidad como Estado.Y le advertía:no llame usted con eufemismo abogadesco superación constitucional a lo que son vulneraciones constitucionales.La carta respira indignación,y la desobediencia dio pie a episodios grotescos,como cuando Aguirre pretendió haber entendido a Largo Caballero lo contrario de lo que había dicho sobre la jerarquía militar en el norte.El propio Irujo hubo de reconocer la falsedad.Largo Caballero,furioso e impotente,escibirá:¿Cómo imponer al gobierno vasco la disciplina?.¿Encarcelándolo?.¿Lo podía hacer el Gobierno central desde Valencia?.En el caso de poder hacerlo,¿sería conveniente?.
                No.Conscientes de ello Aguirre y los suyos sabían cuánto daño haría al Frente Popular la ruptura con el PNV,necesario para evitar una rápida pérdida de Vizcaya y para proyectar en el exterior una favorable imagen propagandística.Por ello explotaban a fondo la superioridad en la que los habían colocado las circunstancias.
                Pues uno de los mayores perjuicios para las izquierdas en el intento de atraerse a las democracias provenía de las violencias y persecuciones.Pero el PNV había logrado mantener el culto en Vizcaya y daba la falsa impresión,muy cultivada en la propaganda,de partido capaz de asegurar el orden.Esta imagen se proyectaba en el exterior como prueba de la inexistencia de una persecución religiosa en Epaña,pretendidamente limitada a algunas represalias espontáneas contra un clero fascista.En Euzkadi,donde el clero se había alineado con el pueblo,no habrían sido precisas tales represalias.Esta propaganda favorable al Frente Popular constituía la mayor aportación del PNV a sus aliados,muy estimada por éstos,y que Aguirre e Irujo no dejaban de recordarles cuando protestaban por las superaciones constitucionales.

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