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España,plurinacional (I)

España,plurinacional
I.- Introducción

Dos de mis grandes ilusiones,locuras dijeron algunos,fue la institucionalización urgente de los Estados Unidos de Europa,con capital en Polonia,y la de los de Iberoamérica,con capital en Venezuela.
No soy pues partidario de fraccionar las naciones-Estado tradicionales,sino de fusionarlas a niveles continentales,semicontinentales o ultracontinentales,puesto que escindía el resto del planeta en 1)los Estados Unidos de América del Norte,USA y Canadá;los de Asia (cuantos países no se adherían a los de Europa,más Oceanía),y los de Africa.Con una ONU que contara únicamente con esos cinco miembros,todos con iguales derechos y deberes,y pagando la misma cuota.
Voy a dedicar sin embargo este corto foro a recordar a quienes desde España desean lo contrario:fraccionar la unidad nacional en lo que llaman España de las Patrias o federación de naciones ibéricas,aceptando seguir formando parte del Estado Español,pero siendo una especie de mini Unión Europea,tal vez con menos instituciones comunes.Me estoy refiriendo a los partidos nacionalistas de Euskadi,Catalunya y Galicia,aunque no dedicaré capítulo especial,ni estudio,a este último.
Unificar naciones-Estado es futuro,progreso.Disgregarlas es lo contrario.Ya averiguaron por tanto que no voy a estar de acuerdo con quienes prefieren tanto su terruño local,por muy original y diverso que sea,que reniegan de la historia.
Hace meses se tramitó un proyecto de Estatuto vasco que intentaba consagrar la nación vasca,con esa utopía antihistórica y antidemocrática de que Euskadi comprenda no sólo las tres provincias españolas de Vasconia,sino la comunidad autónoma de Navarra,y el territorio vascofrancés.Francia y España no existen para ellos como naciones,y por tanto tampoco sus Estados.Una nueva nación,a la larga tan vez nación-Estado,que ignora la democracia y la historia.Felicito sin embargo la actitud del gobierno autónomo vasco,porque rechazado el proyecto por el Congreso de los Diputados español,se retiró o invernó dicho proyecto.
Y ahora se está tramitando un proyecto de Estatuto similar para Catalunya,esta vez con bendiciones del Gobierno Español,por cuanto ganó las elecciones el PSOE,prometiendo respetar el estatuto que aprobara el Parlamento catan.Y lo aprobó,y lo tiene de trámite en el parlamento español.Catalunya como nación,prácticamente independiente del resto de posibles naciones peninsulares hispánicas.
Tengo pues que recordar que defendí la institucionalización de España en Comunidades autónomas,precisamente para no aceptar que en España hubiera nacionalidades,con Estatutos de Autonomía de primera,segunda y tercera clase.Y no es que mi España fuera la constitucional,por cuanto reducía al gobierno español a meros trámites administrativos,y como posible Presidente del Gobierno español gobernaba con un Consejo de Estado que instituía,del que formaban parte los presidentes de las comununidades autónomas,con el de Catalunya a mi derecha,y el de Euskadi a mi izquierda.
Lo previsto,que la nacionalidad se intentaría convertir y transformar en nación,está ya en marcha,con un Estatuto catalán que el gobierno español dice ahora que modificará,para adaptarlo a la constitución española,pero con la incógnita de cómo aceptarán esas reformas los que lo han presentado,pues de sobra conocen previamente la constitución,y lo que intentan es reformarla.No lo lograrían,pues el Estado plurinacional español no goza de mayoría ni en Catalunya y Euskadi,pero desde luego tenemos problemas políticos,puesto que la partidocracia consiste 1)en olvidar al ciudadano que no vota,aunque sea el 30 % del censo electoral,y repartirse su voto como si votara,con distorsiones de voto encima (Ley d´Hont);2)coaliciones entre partidos votados,de forma que puede quedarse sin gobernar el partido más votado,con Ley d´Hont incluida.
Los nacionalismos vasco y catalán surgieron a finales del siglo XIX,con la aspiración de separarse de España,o de reducirla a una confederación de naciones autónomas.Olvidándose estos partidos políticos,como he dicho,de la historia,y criticando a cuantos catalanes y vascos colaboraron,y muy positivamente,a esa empresa común que llamamos historia de España.
Es cierto que en esos años el nacionalismo fue más bien regionalismo,pues la gran mayoría de catalanes y vascos se sentían españoles.Pero hoy hay que reconocer que los partidos nacionalistas tienen más adeptos,sintiéndose vascos,y no españoles,la sexta parte de su población,y catalanes la cuarta.
Todos defendiendo el derecho a la autodeterminación,que se pensó para colonias.Y parte del nacionalismo vasco queriendo incluso imponer esa determinación,mediante la violencia.
Es obvio que puede existir contradicción entre la libertad individual y el principio de unidad nacional.Y que lo moderno sigue consistiendo en defender los derechos individuales.Pero no hasta el punto de que las minorías impidan que los pueblos se institucionalicen en naciones-Estado estables y prósperas.La anarquía,y menos el terrorismo,no deben ser reconocidos como derechos humanos,sino precisamente lo contrario.La aplicación de la máxima libertad individual presupondría ausencia de actos contra la comunidad,el conjunto de los ciudadanos,y hoy por hoy no es el caso.
Los nacionalismos vasco y catalán se incubaron bajo la Restauración,en la segunda mitad del siglo XIX,cuando todavía nacionalismo y liberalismo marchaban unidos.La prosperidad de estas regiones,precisamente por políticas nacionales hispanas,atrajo a Bilbao y Barcelona a miles de trabajadores de otras regiones,mano de obra muy poco culta,pero más barata y abnegada,pues viviendo en la miseria enriqueció a la burguesía vasca y catalana.De ahí que con el tiempo fueran fuente de inestabilidad social,cuando surgieron partidos socialistas y sindicatos.Pero errores políticos y económicos,ausencia de la hermandad entre capital y trabajo que yo deseo y predico,no deben cuestionar la unidad de naciones y patrias.
La anulación de los fueros de Catalunya en 1716,tras la guerra de Sucesión,y la de los vascos en 1876,después de la última guerra carlista,puede incluirse entre los muchos errores cometidos por los gobiernos centrales,pero insisto en que ningún partido debe basarse en ellos para fomentar nacionalismos separatistas.Tampoco los roces que el dinamismo de Bilbao y Barcelona provocaban con la administración madrileña,siendo totalmente incierta la idea que se propagó de que catalanes y vascos eran los únicos que trabajaban;trabajaban y trabajan mejor y más eficazmente,pero en el resto también se trabaja.Y desde luego Madrid protegió las industrias vasca y catalana,considerándolas españolas;y beneficiándose además esas industrias del consumo nacional.
Hicieron pues mal los nacionalismos al explotar el orgullo regional con base en la prosperidad económica,el descontento con la administración central,la inseguridad introducida por la inmigración,el miedo a los brotes revolucionarios,la aversión tradicional al liberalismo y la nostalgia por un pasado ideal concretado en fueros.Pues incluso la abolición de esos fueros favoreció el progreso material de esas regiones,asentado en mano de obra barata y un mercado mucho más amplio.
Tampoco puedo justificar esos separatismos nacionalistas porque se basaran en la defensa del catolicismo,frente a un mayor liberalismo imperante en el resto de España.Que seminarios,monasterios y parroquias llegaran a convertirse en focos de separatismo fue pues un error más de la Iglesia católica,olvidada de que incluso el carlismo defendió siempre la unidad de España,aunque hubiera sido descentralizada.
Por otra parte la Restauración había creado un sistema moderado,ajeno a las antiguas exaltaciones,pronunciamientos militares y ataques a la religión,posibilitando una convivencia aceptable entre la Iglesia y el Estado;si exceptuamos los movimientos marxistas y anarquistas ya citados,alimentados en Vasconia y Catalunya por los obreros inmigrantes.
Y hay que añadir otro gran error a estos nacionalismos que hoy llamamos periféricos:confundir e identificar a España con Castilla.La unidad nacional española se consiguió mediante la unión de Castilla y Aragón,por matrimonio de sus reyes,pero en el siglo XIX era manifiesta la decadencia castellana,y su hegemonía en la política y cultura se había desvanecido desde hacía mucho.Los nacionalistas vascos y catalanes ostentaban desprecio y aversión hacia Castilla,pero considerarla nación opresora era injusto,ahistórico y exagerado.
De todas formas los nacionalismos vasco y catalán atrajeron a muy pocos,especialmente el catalán,que se confundió con un mero regionalismo cultural.Si bien es verdad que la pérdida de nuestra últimas colonias quebró la confianza y seguridad de España,favoreciendo el liderazgo de Sabino Arana en Vasconia,y los de Prat de la Riba y Cambó en Catalunya.

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