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El valor de elegir (II)

Naderías metafísicas
XXII.- El valor de elegir (II)

Capítulo 3: ¿Para qué? ¿Por qué?
Del universo sólo conocemos nuestro sistema solar y algunas estrellas de nuestra galaxia.En este miniuniverso el ser humano es,efectivamente,el que es capaz de actos más intencionados,pero no puede afirmarse que sin intención no hay acción,pues existen muchas acciones que no son voluntarias.El para qué y el por qué son por tanto intenciones muy humanas,y todos sabemos que el para qué se refiere a la finalidad de nuestros actos,y el por qué al motivo o causa.
Capítulo por tanto insubstancial,ya que con él el ínclito Savater no nos ha enseñado nada.
Capítulo 4: Entre lo bueno y lo malo
De nuevo puede ser el ser humano el que mejor piensa la vida,de todos los que conocemos,por lo que somos también los que mejor proyectamos un arte de vivir.Dentro de este arte estudia el mal filósofo el bien y el mal,para terminar en la perogrullada de que bien y mal no son útiles como conceptos abstractos,sino en relación a algo.Como incluso lo de bueno para... y malo para... lo toma de Spinoza,no doy importancia a este capítulo,por cuanto ni siquiera me convence mucho Marcel Conche en su Ensayos sobre Homero:usa mucho el monema divino como epíteto,ya que es poeta.Sin que debamos colegir que todo lo que existe es bello,porque participa de la belleza divina.
Capítulo 5: Tribulaciones del albedrío
No hay que confundir filosofía y novela,por lo que los comentarios que hace a la novela El hombre que quería ser culpable,del danés Henrik Stangerup,pueden reducirse a que descarga a sus personajes de sus responsabilidades negativas,cargándolas al sistema social.
Obrar bien es una forma de conocimiento subjetivo,pero ya es discutible que el que obra mal no tiene conocimiento del mal,y el que obra bien sí tiene conocimiento del bien.Sí preferimos lo bueno a lo malo,pero la maldad no es ignorancia moral.Discutible pues que nadie obre mal a sabiendas,aunque pueda aceptarse que obra mal por conveniencia,si fuese en casos de necesidad.El bien no es pues plenitud de conocimiento,y el mal engaño o desconocimiento.
Video meliora proboque,deteriora sequor es un conocido verso de las Metamorfosis de Ovidio,pero de nuevo los poetas no son filósofos:este verso es una simple reflexión del protagonista,y no una máxima filosófica de validez universal.
San Pablo,en su Epístola a los romanos,puede defender la máxima de que querer el bien no significa cumplirlo,ya que muchas veces no hacemos el bien que queremos,o cometemos el mal que no queremos.
Lo del escorpión y la rana,de Orson Welles en Mister Arkadin es literatura,y puede ser efectivamente una equivocación usar en gran escala lo que ha funcionado a pequeña.
Libre albedrío es facultad de querer o no querer,pero la fatalidad es más literaria que filosófica.Es verdad que nadie,o casi nadie,logra lo que desea,pero la causa no es la fatalidad o el destino,sino la ausencia de oportunidades.De nuevo cita este mal filósofo a Marcel Conche,esta vez en Tiempo y destino,para creer que es cierto que “el no ser es el destino de todo ser en particular”.La muerte puede ser destino,porque nos llega sin quererla;pero como no nacemos inmortales,desde el uso de razón sabemos que vamos a morir.Suicidio es adelantar voluntariamente nuestra muerte,pero de nuevo este capítulo no ha sido muy interesante.
Capítulo 6: Las instituciones de la libertad
Como Savater no distingue bien filosofía y poesía,de nuevo parafrasea a un poeta para decir que no hay libertad,sino pruebas de libertad.Es decir:la libertad,que es concepto filosófico,nos aparece como actos de libertad.
Vuelve a nombrar a Arnold Gehlen,esta vez para citar otra frase discutible:“quien quiera ser una personalidad sólo está destinado a fracasar”.He fracasado yo,pero no Napoleón I Bonaparte,por poner un ejemplo.He fracasado yo,por no haber llegado a primer presidente de los por mí institucionalizados Estados Unidos de Europa,entre otros deseos,pero no fracasó Napoleón I,porque sí llegó a Emperador francés.Y reparen que me refiero al fracaso,no a lo que se hace cuando se triunfa,o se deja de hacer cuando se fracasa.La frase de Arnold Gehlen carece pues de universalidad.
No tengo tampoco mucho aprecio a los ensayos de Jürgen Habermas,y por tanto sí es distinto y distinguible realidad y lenguaje.
Incluso cuando quiere hablar de la influencia de la cultura Savater tiene que citar a Edgar Morin o Clifford Geertz,para inexactitudes como la de que “somos la obra de arte creada por la capacidad práctica de nuestros antepasados”.
Es decir,otro capítulo sin mucha importancia.
Capítulo 7: Elegir la verdad
Verborrea intrascendente,con errores como que el Bien,la Belleza o el Sentido de la Vida pertenecen a la teología,aunque sea cierto que podamos definir la verdad como coincidencia entre lo que pensamos o decimos y la realidad a que nos referimos.
Capítulo 8: Elegir el placer
Iden. para glosar una intranscencente cita de André Gide sobre el rey Atalarico.
Capítulo 9: Elegir la política
Iden. para venir a glosar la frase española que desprecia la política partidista (no meterse en política).
Capítulo 10: Elegir la educación cívica
Iden. sobre la “preparación que faculta para vivir políticamente con los demás en la ciudad democrática”.
Capítulo 11: Elegir la humanidad
Iden. para confundir la humanidad con la naturaleza humana y defender la tesis de que eligir hoy la humanidad es optar por proyecto de autolimitación “en lo tocante a cuanto podemos hacer”.
Y capítulo 12: Elegir lo contingente
Iden. para no decir ni siquiera lo que entiende por contingente.

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